DEMOS Arena Deathmatch - 21/03/2015 // Relatos de "Drobbit"

     ¡Buenas noches!

     Una vez más estamos aquí, y esto empieza a crecer mucho, os lo aseguro. Estamos haciendo montones de cosas nuevas: escenografía (bueno, más bien está ya hecha), nuevas miniaturas pintadas... y una nueva modalidad de juego, pues en alguna que otra ocasión nos hemos reunido bastante gente, y claro, no todos podemos jugar a la vez (especialmente si hay más de seis personas), pero con el modo de juego Battle Royal ¡podemos jugar hasta ocho personas en la misma arena!

     Pero luego lo veremos con más profundidad. En las últimas demostraciones que hicimos en Avalon Burgos fueron cuatro jugadores (a parte del heraldo), y hubo dos batallas.

     Por un lado, hubo una batalla entre una banda de No Muertos (con un Segador de Almas aliado) y los Orcos de vallehou. Aunque inicialmente estuvieron escondidos, la estrategia de los Orcos fue claramente superior, pues los No-Muertos se vieron forzados a acercarse a sus rivales, que supieron atacar de una manera rápida y eficaz a sus enemigos. Un par de hinchas saltaron a la arena durante la contienda, aunque sin hacer nada importante, y se produjeron un gran número de invocaciones, entre ellas las de dos Lobos Negros y un Guerrero Esqueleto, que estorbaron bastante a los Orcos.

     Sin embargo, los pielesverdes estaban más preparados para el combate, y tras acabar con la vida de uno de los Vampiros y del Segador de Almas (y dejar derribado en un foso a un Nigromante), se alzaron con la victoria sin problemas. ¡A la espera de una revancha!

     Después de esta batalla nos organizamos para preparar un Battle Royal, en el cual participamos cinco personas. En esta batalla, los Avatares de casa y visitante se determinan de forma aleatoria, tirando 1D10 sumado a tu Popularidad. La mitad de los jugadores (redondeando hacia arriba) con un resultado más alto juegan en casa durante ese turno. A continuación se efectúan las tiradas de iniciativa y se juega normalmente, solo que:
     - No se puede atacar a un combate ajeno (a no ser que tengas una regla - o más - que lo permita).
     - Puede haber reacciones múltiples (una por cada Avatar).
     - Si provocas que un Hincha salte a la arena, luchará a favor del Avatar que lo provocó, no del bando.
     - Un sólo Avatar por personas, de hasta 250 monedas, que no sea Celebridad, y hecho con el Arena Lvdvs (creador de cartas).

     En esta batalla se enfrentaron:
     - Un Mercenario Bárbaro.
     - Un Redentor de Rayviel.
     - Un Segador de Almas.
     - Un Señor Minotauro.
     - Una Gran Hechicera de las Sombras.

     El combate se focalizó entre el Mercenario Bárbaro y el Segador de Almas y entre el Redentor de Rayviel y el Minotauro. El Redentor supo evitar los ataques del Minotauro, y disparando al combate, acabó con la vida del Segador de Almas. Mientras tanto, la Hechicera efectuó un Foco de Frío, que dejó al Mercenario Bárbaro a un punto de vida.
     Un turno más, y la historia habría sido aún más sangrienta... Los participantes se quedaron con ganas de más (es lo que tiene la falta de tiempo), ¡y esperamos repetirlo pronto!

     Mientras tanto, en The Drobbit Hobby Store, se siguen realizando batallas, y queda muy poquito para que concluya la liga que están realizando. Albert Yagües Sagales ha escrito un relato nuevo referente a su última batalla de Arena Deathmatch. Disfrutadlo :)

     Las llamas cobraron vida con violencia y el público correspondió con un estallido de júbilo. Dentro del círculo de fuego, los guerreros se prepararon para la contienda. Becerrakhus escupió con desagrado. Cirleanos, otra vez. No guardaba un buen recuerdo de su última disputa con aquellos humanejos y no tardó en divisar nuevamente uno de esos condenados santurrones entre los oponentes. Esta vez no pensaba dejar que empezara con sus rezos, el círculo de fuego convertía la arena en un espacio mucho más reducido y sentía que con un simple sprint lo tendría al alcance.

     Aghromaxx, el gigantesco minotauro, también tenía presente el peligro detrás de aquellos guerreros sagrados. Después de su anterior experiencia contra ellos, y de una "didactica conversación" con Becerrakhus, decidió resistir la tentación de cargar directamente contra el enemigo. Fueron el propio jefe hombre bestia y la nueva incorporación a la banda, el minotauro berserker llamado Muuxhor, quienes tomaron la iniciativa y con gran ímpetu y fiereza arremetieron contra la pareja de cirleanos y los expulsaron del circulo de fuego. El público empezó a decantarse a su favor y parecía que su superioridad numérica y física se impondrían con facilidad. Sin embargo, el dúo de Cirlea no dudó ni un instante y orquestaron un contraataque.

     Dejando que las llamas lo separaran de lo peor del combate, el sacerdote inspiró fuerzas en la espadachina, que se lanzó sin pensarlo a la contienda y atravesó por igual las llamas y la carne de cuantos guerreros de Drakojia encontró a su paso. Becerrakhus consiguió salir relativamente indemne, pero el mendrugo de Muuxhor se había quedado medio catatónico debido a su incapacidad de controlar las energías derivadas del primer encontronazo. En consecuencia, las heridas que el bersérker recibió fueron graves, pero lo que no se debió esperar la esgrimista era que aquellas heridas infundieran nuevas fuerzas e ímpetu al minotauro en lugar de debilitarlo.

     Los tres guerreros bestiales confluyeron sobre la solitaria espadachina, pero esta se revolvió con gran habilidad y consiguió escabullirse de entre las garras de Aghromax y Becerrakhus, centrando sus esfuerzos en el cada vez más furioso Muuxhor. Al otro lado de las llamas el relativamente a salvo sacerdote se disponía a apoyar a su compañera en aquella aparentemente desigual lucha. El inesperado lanzamiento por parte de un exaltado hincha pareció distraerlo, pero se sobrepuso y convocó una brillante luz a su alrededor que desconcertó a los dos minotauros que trataban de acabar con la cirleana. A pesar de aquella treta desquiciante, Aghromax consiguió agarrar por fin a la luchadora y la lanzó con fuerza contra el suelo. No pudo emplear toda la fuerza que hubiera querido en el ataque, pero al menos eso haría que dejara de revolotear un poco y esperaban poder aplastarla. Pero una vez más aquella humaneja se resistió a simplemente ser aplastada por sus pesadas pezuñas y se revolvió cual culebra entre los minotauros. Cuando encontró una abertura entre los astados, consiguió ponerse finalmente en pie y todo hacía pensar que se saldría de nuevo con la suya.

     A solo un par de zancadas, Becerrakhus maldijo sin tapujos la imbecilidad de aquellos dos. Pero serían idiotas? Una vez más estaban dejando que umo de esos santurrones se la jugara! Dita sea, no le hacía ninguna gracia cruzar esas llamas pero no iba a consentir que ese calvorota se saliera con la suya. Decidido a aplastar a aquel piel rosa, el hombre bestia cargó con su escudo y empujó con fuerza al sacerdote, privando a la duelista de su valioso apoyo. Sin la influencia de la magia sagrada, Muuxhor tuvo pista libre para liberar la rabia acumulada, que en esos momentos ya era considerable. Con su poderosa cornamenta, el bestial guerrero golpeó a la esgrimista y la lanzó fuera del circulo de fuego. El golpe fue fuerte y las llamas hicieron el resto. Por fin, aquel incordio estaba besando la arena.

     La caída de la guerrera parecía allanar el camino de los seguidores de Drakojia, pero en ese momento el público estalló definitivamente e invadió en masa la arena. En medio de la vorágine, Muuxhor recibió heridas que estaban más allá de lo que su furia bersérker le permitía aguantar y finalmente sucumbió. El mismo destino sufrió el sacerdote, ¡y a punto estuvo de seguirlo el mismo Becerrakhus! ¡Pero qué mal perder tenía el público de Cirlea! Cuando la masa finalmente se dispersó, Aghromax alzaba triunfante su inmensa hacha a dos manos, dominando el interior del círculo de fuego. Becerrakhus se irguió, ignorando el dolor y tratando de hacer ver que las heridas sufridas no eran tan graves. Y pensar que había estado a punto de comer el polvo a manos de una turba de populacho enloquecido... En fin, otra victoria para Drakojia.

     Gran batalla, muy reñida, pero la cosa no acaba aquí... os dejo con otro relato, en esta ocasión de Cram F. Vidal:

     - ¡¿Qué no hay vacaz ni cabraz?!

     - ¡Lo que oyez jefe! Noz toca contra loz piez rojoz, loz amigoz de loz goblinz.

     - ¿QUÉ?¿GOBLINZ?! NO LOZ QUIERO VER NI EN MI DEZAYUNOOOOO -, gritó el Jefe Oztizaz furioso, soltando un fuerte puñetazo a una viga que casi partió en dos con sus poderosos músculos.

     - No ez tan malo mi poderozo amigo -, le cortó Ghan-Dûl -, puez no zon tan fuertez como tu y luchamoz en el zírculo de fuego y en laz diztanziaz cortaz deberíaz aplaztarloz como zi fueran cucarachaz.

     - Urzbrag, mi ezbirro cabezón, eztate atento y protege a nueztro venerable Ghan, zolo graziaz a zuz plabraz liztaz aplaztamoz a todo lo que ze planta delante, zea lo que zea, noz da fuerza para lanzar como zi fueran terneraz…. MMMMM TERNERAZ… ¡Trae algo de comer ezbirro!

     Después de ver que les habían cambiado la planificación, su dura preparación para aguantar embestidas de poderosos aberrantes les sería favorable, por lo que el equipo local entraba entre vítores y alegría y desafiaban con gritos y provocaciones a sus parientes cercanos, mientras la organización encendía el círculo de fuego, cosa que desató mucha expectativa entre el público porque no llegaban a divisar del todo lo que estaba pasando, pero claro está, aquí el humilde encargado de controlar el círculo de fuego nos explicó la historia al detalle…     Todo pasó de repente, el jefe de guerra visitante había clavado su mirada en el venerable Ghan-Dûl y decidió lanzarse corriendo a por él para derribarlo con una poderosa embestida que dejaría a sus aliados desprovistos de ayuda mientras su chamán intentaba ayudarle cosiendo con bolas de fuego a sus enemigos cosa que dejaría muy debilitado al equipo local, pero no se esperaba lo que ocurrió, dejad que os relate detalladamente lo ocurrido…

     Al no poder contar con ayuda de sus hinchas no servía de nada esperar su ayuda por lo que el campeón Goblin se había avanzado ligeramente antes de que el jefe de guerra orco empezara a correr como un loco quedando cubriendo al chamán por si sus rivales querían lanzar algún proyectil mágico tendría que impactar en el goblin, cosa que no era nada fácil, pero no ocurrió tal cosa, oídme bien… El Jefe Oztiaz tenía ganas de probar la fuerza de su pariente, que parecía bien entrenado, pero claro, no tenía las cicatrices ni trofeos de guerra que él tenía, por lo que decidió arrancar a correr e interceptar al inexperto Jefe orco llevándose por delante a su contrincante y haciéndolo volar por los aires con la fuerza de su embestida que hizo impactar contra su compañero goblin, que gracias a su agilidad solo salió empujado para atrás sin sufrir daño ni caer al suelo como su jefe orco, pero le hizo chocar contra su chamán y le movió ligeramente dejándole sobre el círculo de fuego causando ligeras quemaduras…

     Y os preguntareis… ¿Tan impactante fue la jugada? No acaba aquí la cosa, sino que el chamán decidió apartarse del fuego sufriendo algunas quemaduras adicionales de poca importancia, y mientras el jefe visitante se levantaba el joven Urzbrag le embestía y enviaba al suelo otra vez, cosa que encantó al público entregándose a los luchadores locales, pero la cosa siguió, el chamán enemigo quiso robar el alma a sus oponentes y también potenciar a su aliado goblin para que evolucionara y pudiera combatir la brutalidad orca que tenía enfrente, y en el momento que empezó a pronunciar la fórmula de la bola de fuego Ghan-Dûl soltó un potente grito y le hizo olvidar el hechizo, cosa que dejó a su oponente helado, tratando de seguir luchando… 

     El astuto Ghan-Dûl, que ya se había vuelto un poderoso chamán en antiguos combates, decidió que el pequeño goblin era un estorbo, y si era potenciado le podría molestar, por lo que con sus poderes decidió lanzarlo dentro de un pozo para apartarlo un tiempo, mientras los luchadores locales acababan con el derribado jefe y el nervioso chamán pasó algo totalmente surrealista.

     Cierto es que los agresores locales derribaron repetidas veces al jefe rival, y cuando se disponían a cargar y aplastar a sus rivales pasó algo muy difícil de creer, el chamán enemigo sin muestra alguna de miedo decidió potenciar a su aliado con una furia de guerra, que dejó boquiabierto al público y a sus rivales, ¿Para qué querría ayudar al ataque de un aliado derribado? Nadie acabó de entender el movimiento, pero el jefe enemigo se levantó entre gruñidos y quejas de las embestidas pudo ver como su chamán se lanzaba contra el joven Urzbrag se quedó perplejo, y de repente este lanzó una orden.

     - ¡Corre y ayudame zabandija! Entre loz doz podemoz aplaztar al jovenzuelo.

     Y el jefe empezó a correr hacia el bersérker orco que contemplaba la carga de ambos enemigos a la vez, sólo que el campeón local vio la oportunidad de cargar por el flanco al jefe enemigo y ganándose el favor del público, ensartando al jefe rival sin dejarle opción a tocar a Urzbrag y dejando al chamán a merced del joven bersérker, por lo que el combate acabó, rápido, el gran Jefe Oztiaz decidió lanzar a su oponente por los aires haciéndole chocar contra la pared y acabando con él de un solo ‘golpe’, mientras su loco compañero derribaba al chamán enemigo, saltaba sobre él como si fuera una cama elástica, pero al ser muy obeso no conseguía acabar con él del todo, y para re-matarlo le propinó un tremendo golpe con su arma que le dejó moribundo y le hizo rodar quedando al borde del fuego que acabó de rematar al pobre y magullado chamán, oyendo todos estos gritos de sufrimiento, el Goblin que había fallado el intento de evolucionar salió corriendo del coliseo salvando la vida y con mucho más miedo del que nunca jamás había sentido.

     ¿Qué os aparecido? Una gran batalla llena de verde... Esperamos que os haya gustado. Poquito más que añadir, sólo un aviso:

     Las Demostraciones de Arena Deathmatch se mueven al miércoles 25, de 17:00 a 20:30, en Avalon Burgos. El sábado habrá curso de pintura.

     ¡Nos vemos por la arena!